jueves, 22 de noviembre de 2012

Club Flamenco 11: El baile (I)

Por tangos empezó la nueva cita de la Tertulia Flamenca. Suenan acompañando las imágenes de un vídeo -extraído de la serie de tv, El Ángel- de una reunión de flamencos de Triana; ahí aparecen El Titi y otr@s venerables viej@s gitan@s bailando por tangos. Baile racial, instintivo, espontáneo, gitano, de patio, familiar, el de la juerga; el alejado de los escenarios, el narrativo, teatralizado. Un baile que pellizca o con pellizco. Por el que está la mayoría de l@s presentes, tal y como expresaron el pasado viernes en nuestra sede habitual de la Biblioteca Pública de Valladolid.
Farruco.
Tras la proyección, introducción histórica del asunto a tratar, el baile flamenco. Un breve, resumido repaso por sus orígenes -"a mediados del siglo XIX se recogen las primeras referencias"-, lugares -salones, academias, cafés cantantes, donde el baile predominaba más que el cante-, nombres... un listado enorme.
De l@s primer@s se toma como referencia a Fernando de Triana y su libro, Arte y artistas flamencos: La Campanera, La Candelaria, La Perla, El Jerezano... Miracielos, El Raspao, Antonio Paéz el Pintor, María la Chorruá, Manuel Jiménez Hernández -hermano de El Mellizo-, La Sordita -hija de Paco la Luz-, Trinidad Puertas, Antonio el de Bilbao, discípulo de Enrique el Jorobado -de este decía Vicente Escudero que tenía una joroba delante y otra detrás, pero cuando bailaba se ponía bonito-... Los bailes de candil, el baile de la mosca, la cachucha, la zambra -llegó a estar prohibida por los gobernantes; como los tangos gitanos que "no se podían bailar en todas partes, por las posturas, que no siempre eran lo que requerían las reglas de la decencia" (José Otero en su libro,  Tratado de Bailes)-, la alboreá...
Y con Escudero, seguimos con La Argentina, Pastora Imperio, La Argentinita, su hermana Pilar López, Carmen Amaya, Antonio... Y después, Gades, El Güito, Maya... Farruquito, Israel Galván... Baile español, escuela bolera, danza clásica, contemporánea...
Hemos clavado la puntera, y ahora cae el tacón. Se habla de lo sabido, leído -sólo una referencia, entre tantas, El baile flamenco, de Ángel Álvarez Caballero (Alianza Editorial, 1999)- y visto. L@s asistentes al Club mantienen la preferencia por el baile espontáneo, sensual, apreciando el mérito de los artistas que parece se han alejado de él, pero "tod@s tienen que pasar por esa escuela".
Turno en la pantalla de proyecciones para un Maestro de bailaores y bailaoras, Enrique el Cojo, ciertamente cojo, y gordito y calvo, que "movía las manos como nadie". Recordaba el Maestro José Otero en su citado libro -publicado en 1912 (reeditado por la Asociación Manuel Pareja-Obregón, en 1987)- a otro personaje 'singular', María Cazuela, bailarina callejera que gozó de gran popularidad entre 1870 y 1878: "Fea y contrahecha, era a más tuerta de un puntapié que le dio el novio estando pelando la pava y que más tarde tuvo que casarse con ella e indemnizarla. Era gitana por los cuatro costados... muy desvergonzada y usaba un lenguaje tabernario... en sus expresiones a veces era graciosa...". Individualismo, personalidad, intuición.
Vemos también a Carmen Amaya en dos tipos de baile; a Farruco, el patriarca de la estirpe actual. Qué envidia de bailar así; se va abandonando el 'entender' los por qués del baile flamenco y un trance parece recorrer los asientos del Club, como en el que se sumergen los bailaores y bailaoras que hemos visto. Punta, tacón, planta...
Terminamos con la escena de Antonio Gades en la película Los Tarantos, bailando en las Ramblas. Al salir de la Biblioteca, más que hacerse unos cantes, lo que dan ganas es de hacerse unos pasos. Y se propone continuar con el tema del baile para otra cita del Club, y se acepta, aunque será más adelante que en la próxima, dentro de 15 días, Manolo Caracol nos espera (Al estar cerca un nuevo aniversario, el 4 de diciembre, del fallecimiento de Vicente Escudero, retomaremos lo que de él se habló, con cierta controversia, este pasado viernes en la Tertulia).

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