martes, 2 de febrero de 2016

Los primeros discos de Enrique Morente c@ntados por José Manuel Gamboa. Guía de escucha (1)

(Nos parece oportuno traer a este blog el texto de José Manuel Gamboa para el cofre de seis discos de Enrique Morente, ... Y al volver la vista atrás. Forma parte del librillo que acompaña al recopilatorio de los cinco primeros discos del cantaor más otro de cantes inéditos y rarezas; el librillo incluye textos de otros autores. Todo él se puede encontrar en este enlace, pero queremos que también esté disponible aquí; en especial la parte referente a la guía de escucha elaborada por Gamboa, tan reveladora, educativa, amena, sabia... Un texto que es un recorrido por la historia del cante flamenco en general y la del cante de Morente, en particular, unidos como la erudición y el singular -óle- estilo del autor-cronista que es puro y gozoso asombro. Sólo recogemos la parte donde Gamboa analiza, cuenta, señala cada cante de los diferentes discos; hemos obviado una entradilla biográfica, de muy recomendable lectura).



Morente, ¡A grabar!; nosotros, ¡A escuchar!


La distinguida pareja dancística formada por Susana Audeoud Koniz (Berna, Suiza, 10/10/1919-Zúrich, Suiza, 1/1/2010) y José Luis de Udaeta Paris, José de Udaeta (Barcelona, 27/5/1919-15/9/2009), difundió con plena fortuna nuestros aires nacionales por Europa entre 1948 y 1970. Adelantados en la creación de espectáculos dramáticos, conformados, desde el lenguaje coreográfico por el flamenco, el clásico español y nuestras danzas regionales, pusieron en escena piezas de profundo arraigo español, entre otras “La Celestina”. Hubo química en la escena y tras la escena, que Susana se casó con el pianista y compositor de la compañía Antonio Robledo, en la pila Armin Janssen (Hannover, Alemania 12/V/1922-Zúrich, Suiza, 2/X/2014), quien a la postre compondrá con Morente las obras sinfónicas “Fantasía de cante jondo” y “Alegro soleá”.

De momento, Enrique debuta en el microsurco al participar en el registro del disco “LA CELESTINA. BALLET CREADO POR SUSANA Y JOSÉ, Música: Antonio Robledo. Textos: Alberto Cárdenas” (Emi/Odeón MOAL 119, 1966), donde está acompañado por el magnífico piano de Janssen, el oboísta Pedro Iglesias y la superlativa guitarra de Andrés Batista Francisco (Barcelona, 12/X/1937).

Interpreta –en el papel de Calixto- junto a La Talegona –en el papel de Celestina-, las bulerías cortas En casa de Celestina, que se inician con músicas navideñas de Juan Mojama/A. Mairena y se aliñan con aires pregoneros de Manuel Vallejo, y en solitario los martinetes del Hechizo del cíngulo, que Morente toma de Aurelio Sellés y, originalmente, de Pepe el de la Matrona –los grabó en 1947-, llevando el cante a su sitio, sin aliviarse, pero que ya los hace suyos, morentianos, por las melismáticas elevaciones “microtonales” en la parte valiente que marcan la diferencia. Empieza a hacer historia.

El 23 de febrero de 1967 se hace Morente con el premio del concurso I Presencia de Málaga Cantaora en Madrid, en la final celebrada en el Teatro Beatriz, compitiendo con reconocidos profesionales -Bernardo el de los Lobitos, El Flecha padre e hijo, Antonio de Canillas, Alfredo Arrebola… Rafael Pareja, santón de conocimiento infinito y miembro del jurado, viéndose en minoría ante un veredicto final consecuencia –dicen- de componendas, zanjó con un terminante bastonazo en la mesa: “El premio tiene que ser para ese niño de Granada, que va a ser un cantaor de época”. Por cierto, según recuerda el cantaor unionense Niño Alfonso, algo parecido anunció dos años antes en Cartagena el maestro Pepe Marchena: Enrique el Granaíno es el mejor cantaor que he escuchado nunca, el que va a acabar con todos nosotros el día que ya no estemos aquí. Es el futuro del mañana”. Tal repercusión alcanzó el triunfo de Morente en el certamen, que propició su puesta de largo discográfica. El elepé de estreno, en la tirada inicial, incorporaba una faja con la inscripción: “Gran Premio del Certamen de Cante Jondo. Primera Presencia de Málaga Cantaora en Madrid”. Saldría el álbum, “CANTE FLAMENCO. ENRIQUE MORENTE” (Hispavox HHS 10-324), en el segundo semestre del 67 junto al primero de los epés, “Enrique Morente. Cante flamenco” (Hispavox HH 16-630). A la gozada discográfica se sumó su entrada en el tablao más cabal conocido, Zambra, y más concretamente en el elenco principal de la casa, el Cuadro Antología del Flamenco, con Rosa Durán, Juan Varea, Pericón de Cádiz, Rafael Romero y Perico el del Lunar.


El pianista José Romero, que conocía a gentes en Hispavox, pidió cita y con Morente se presentó allí para que José Luis de Carlos, director artístico de la discográfica, atendiera al estilo del puntero valor en cierne. Se encontraron con que De Carlos estaba acompañado por Félix García Vizcaíno, Félix de Utrera (Las Palmasde Gran Canaria, 29/VI/1929-Madrid, 4/IX/1998), tocaor al que conoce Enrique en ese momento. Le hicieron una prueba y José Luis ficha a Morente, le impone de acompañante a Félix, y se encarga del registro, justo antes de cambiar de empresa. Acabará en CBS, dando a conocer a Las Grecas o Los Chorbos, y ficha a Morente cuando este cumpla su contrato con Hispavox…

Por lo pronto, Morente consigue que la independiente madrileña, tras la marcha de De Carlos, contrate al amigo José Blas Vega, quien se hará cargo en la misma del departamento de Flamenco y Folklore. En aquel tiempo Enrique era un “protegido” del tótem del arte flamenco jerezano, el respetado Tío Parrilla, que lo defendía como el joven valor del cante flamenco, hasta el punto de ponerle de guitarrista a su propio hijo, Parrilla de Jerez. Es más, el venerable calé se enfrentó al estudioso local Juan de la Plata, presidente de la Cátedra de Flamencología, que mantenía cierto escepticismo respecto al granadino. Junto al Tío Parrilla, disfrutó Morente de veladas de cante compartidas con santones como el Tío Borrico y costeadas por don José Cantos y Ropero, quien le hizo escuchar algunas de sus grabaciones privadas, como la que le hizo a Tío José de Paula, todo un tesoro, de donde Enrique posiblemente tomase las quejadas seguiriyas inéditas que se descubren en el disco extra, Este pan moreno –que muchos atribuirán a Paco la Luz y más parecen de Tío José. Y de esta importantísima etapa jerezana de Morente derivará el súmmum de la discografía flamenca, el álbum “Canta Jerez” –editado ya en 1968-, que se grabaría en el marco de una fiesta celebrada en los estudios Hispavox, de la calle Torrelaguna de Madrid, con lo mejorcito de la cantera jerezana, un álbum que se cierra con una fiesta por bulerías dedicada al Tío Parrilla…En su debut disquero, Morente sorprende por la profundidad y diversidad del contenido, por momentos inédito. Veámoslo. La verdulera, el único cante rítmico, sigue la estela de D. Antonio Chacón –del que Morente era defensor a ultranza e imbuyó a Blas Vega-, con el pregón aflamencado por Tío José el Granaíno. La pieza recientemente fue versionada por Los Planetas en “La leyenda del espacio”. Plaza de los Herradores, responde al fandango albaicinero que Frasquito Hierbabuena engrandeció, dotándolo de mayor musicalidad, y salvaguardó Cobitos. El primitivo cante de la caña no podía faltar en estos tiempos de gusto antológico, ofreciéndonos Morente una intransitada versión de excelente copla, Y conmigo no ha podío.

Tal vez lo más llamativo del contenido fuese Ni quien se acuerde de mí, la malagueña de la Peñaranda, toda una primicia. Pepe el de la Matrona le enseñó el cante, adjudicándolo con ciertas reservas a Concha la Peñaranda:

Estoy casi seguro, pero ahora mismo no me acuerdo…”. Se enfadó al ver el disco así asignado, pero en 1969 el propio maestro lo incorporará a su antología, “Tesoros del flamenco antiguo” (Hispavox HH 10-346/7). Les diremos que en 1912 la Niña de los Peines había impresionado el cante, en una versión menos matizada, menos clara y definitoria, sin atribuirlo a nadie. Algunos opinan que es en realidad la bandolá de los jabegotes. Sin embargo, arrancando el siglo XX la primicia de este cante la grabó El Mochuelo, que granaína llamó; así fue conocido hasta los años 20, cuando pasó al olvido.

En la soleá De tu querer apartarme, hace Morente los cantes del cabeza del cante grande gaditano, Enrique el Mellizo, según el perdido modelo original; repitiendo hasta tres veces el segundo verso del primer cante, y metiendo unos ayeos en el último verso de esa primera copla. Aurelio Sellés, Matrona y Manolo el de Huelva fueron sus guías. En igual sentido, de hondo calado es su aportación de la seguiriya fetén del Mellizo, Toíto me viene en contra, hasta entonces mal difundida. Cante grabado por Pepe el de la Matrona el 18 de febrero de 1947 para el profesor Manuel García Matos, que igualmente plasmó en París acompañado por Román el Granaíno en 1957. De Matrona lo recogió Morente y ante Aurelio Sellés contrastaría su exactitud y validez ratificándolas: “¡Eso lo hace Enrique muy bien!”, declarará el sabio anciano de Cádiz a José Blas Vega. Más allá le dejará dicho que si el cante se ha de conservar con autenticidad en el porvenir, el único capaz de transmitirlo, “el único que lo pueda conocer es este Morente, porque lleva el régimen ese; Morente lleva el…, el sitio”.

Se me apareció la muerte, es una malagueña de Chacón que aprendió Enrique de Matrona y practicó desde los primeros años 60 manteniéndola en repertorio siempre. Dicen que es un estilo que reformó el genial jerezano, tomándolo del cantaor llamado Gayarre Chico o Gayarrito. El pianista Arturo Pavón nos aseguró: “Chacón la cantaba con cuatro versos, y mi padre le agregó un quinto: Para alivio de mis penas”. De Chacón lo retomarán otros, pues la malagueña “Por buscar la flor que amaba”, que se ha atribuido a Manuel Torre y a Diego el Marrurro, es una copia de la presente, un mismo cante. También divulgó, aprendidos de Pepe de la Matrona los martinetes, En la estación de Jerez, y los aires mineros de Pedro el Morato, A las minas del Romero. En las soleares Me tienes consumío, es una vez más Matrona el asesor, aunque Morente añade ecos de Fernanda de Utrera. Interpreta cantes trianeros de Ramón el Ollero, El Quino y Silverio, siendo la copla del segundo cante original de Matrona. Y de este recoge las variantes jerezanas por seguiriyas de Manuel Torre y Marrurro en Mi hora mala llegó.


Pasado un año largo regresa Enrique Morente a los estudios de Hispavox un par de tardes, esta vez con un guitarrista por él elegido; el mejor que teníamos en España: Manuel Serrapí Sánchez, Niño Ricardo (Sevilla, 11/VII/1904-14/IV/1972). Juntos impresionan el despampanante Lp CANTES ANTIGUOS DEL FLAMENCO. ENRIQUE MORENTE. GUITARRISTA NIÑO RICARDO” (Hispavox HH 10-355), editado en la primera mitad de 1969.
El prólogo, ideal para dejar flamencos boquiabiertos, lo pone con la Que te quise con locura, la malagueña grande de Chacón en una versión verdaderamente merecedora de la colosal acotación; Ricardo le secunda, divino, con un toque en tonalidad de taranta. Fue este superlativo cante el que le otorgó al granadino carta de naturaleza cabal entre toda la afición. La seguiriya que sigue, Los ojos abrió, tiene particulares significaciones mellizas, dobles enjundias: 1º En el segundo estilo, que da título, presenta al pueblo flamenco nada menos que un decimonónico cante del a la sazón rey del flamenco Silverio Franconetti, estilo que aprende del veterano Rafael Pareja. 2º En el cante inicial hace un giro, un semitono, que será un pequeño paso para el hombre, pero un paso de gigante para el arte jondo, pues con él venía a concretar la unión del Oriente y Occidente flamencos, de la Andalucía Bética y Penibética. Adoba el cante jerezano de Manuel Molina de unas “caídas” propias del cante minero:



Como una cosa

como cosita propia

Te-e-he mirao yo

pero quererte como yo te quería

Ya-a-a eso se acabó.



Nos referimos al semitono –así lo llaman los flamencos- que introduce justo en lo que marcamos en negrita, con lo que inicia lo que también se podría llamar la tarantización del cante jondo bajo andaluz. Inserta Morente en el sistema modal bajoandaluz la característica séptima tarantera, esa nota diferencial de los aires mineros dentro del sistema del fandango sureño –la séptima del primer grado (séptima dominante del modo menor); el punto de inflexión melódica, donde tiende a caer la voz en momentos cruciales, caso clarísimo del primer tercio de la cartagenera: “Te inclinaaas” –avanzando pueden comprobarlo en Si vas a san Antolín. Esa nota viene de la parte del fandango que va en tonalidad mayor, que no de la modal, dado que el fandango sureño es bimodal. Esta es la cuestión y la novedad, utilizar una nota en sexta dentro del modal andaluz, y poner allí el quejío.

Este cruce de tonal y modal en absoluto fue producto de laboratorio, sino devenir natural del cante por el corazón, la mente y la voz de un aficionado de amplio espectro. Esto es lo que a los sordos e inmovilitas del planeta flamenco les llevó a acusar a Morente de que “cantaba al revés”. Está bien definido, porque se entiende ¿O no?

Pero más que romper el esquema tonal del cante bajoandaluz, la escala andaluza, lo ENRIQUE-ce con sentires de su Oriente flamenco. Es un acto de hermandad, de afición ecuménica. Y más allá, en lo sucesivo, romperá esquemas con sus mezclas de las escalas andaluzas y mayor/menor, algo que se continúa en la guitarra de Pepe Habichuela.

Por cierto, el primero en tomar prestado el semitono de Morente será un ratón colorao llamado Camarón de la Isla, que lo lleva a su inmediata seguiriya “A los santos del cielo”, de 1970. Ítem más: Nadie se llame a engaño cuando vea la obra registrada a nombre de Blas Vega –o bajo el seudónimo Ópalo-, pues en aquel tiempo era muy complicado para un creador flamenco darse de alta en Autores, y ni merecía el esfuerzo para las pocas ganancias que se devengaban. Por eso Enrique le cedió la obra a su amigo Blas, que era socio SGAE y podía hacer el registro. En varios cantes ocurrió algo semejante, con este y demás autores.

Merecía comentario el cantecito. Más telegráficamente les informaremos que prosigue Morente su recital con unos fandangos grandes del jerezano Niño Gloria, De rabia rompí a reir; dos estilos de soleares de Merced la Serneta y entre ellos intercalado uno de Frijones, En lo mejor de tus sueños, con divina letra y música; la malagueña de El Canario, Por las trenzas de tu pelo; unas impresionantes peteneras, Estrella de fuego, las que hacía Chacón y que logra reconstruir, con sello propio, según la información que le aportó Manolo el de Huelva. Igualmente de procedencia chaconiana, vía El de la Matrona, nos llegan los aires taranteros almerienses, Soy del reino de Almería, la famosa cartagenera de Chacón, Si vas a san Antolín, y el martinete con toná, Soy un pozo de fatigas, que puede estar influenciado por Jacinto Almadén y Juan Varea –un claro ascendiente en todo el álbum, como notable es el de Manolo Caracol- aunque muestre la personalidad de Morente. Nos restan las seguiriyas jerezanas Pago con la vida, del Marrurro y Manuel Molina; estas últimas, por Enrique adrede respiradas -sin tirar de fiato-, negándose al aplauso fácil que tal uso procuraba en los festivales a los cantaores más gaiteros –“Prefiero la hecatombe a la mediocridad”, era uno de sus lemas-.

La afición se hizo lenguas de la titánica malagueña grande de Chacón que presentó Morente, obligando a su discográfica a sacar en 1970 un epé –el cuarto y último del cantaor-, con dicha pieza, amén de la seguiriya de Silverio, la petenera y los fandangos: “Enrique Morente. Guitarrista Niño Ricardo” (Hispavox HH 16-733).

Entró el granadino en el mundo del festival bajoandaluz, y a una la crítica y la flamencología del lugar le dio nones ¿Por qué? Porque se salía de la tabla, se salía del camino predeterminado, de la norma establecida por el imperante mairenismo –el mairenismo; Antonio Mairena, siempre respetó la valía y afición de Enrique… -. Y así empezó la leyenda del cantaor desprestigiado. Hablar de Morente es un continuo tener que recurrir a las comillas, escuchémosle: “Estoy súper desprestigiao…, gracias a ese desprestigio vivo. Yo estoy muy contento con mi desprestigio. Hay gente que se deprime, se suicida… Yo no, es fantástico estar desprestigiao. Es una situación divertidísima”.

Pues ya metido en faena “empezó Enrique con las tonterías”…, que así entendía su mismo productor el álbum por venir… Estando en estas, “si no te mueres, te quedas desfigurao”, falló el maestro ¿Qué había sucedido?

(Continuará)


Post data: Claude Worms también se hace eco de ... Y al volver la vista atrás; y dedica, en su web de flamenco, un artículo a comentarlo; además incluye varios de los cantes del disco para su escucha. Recomendable).

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